el extremo incandescente de una cerilla
su flama primera
sostenida
persistente
este mismo instante
la cerilla consumiéndose
su crepitar
siendo
ahora.
medianoche de domingo
sostenida
el viento abraza con torpeza las copas
y una copa corona un cuaderno
la noche es una cabeza de lobo manso
echado y durmiente sobre la arboleda
la floresta y las nubes su pelaje brumoso
intempestivo
brama su aliento
su resoplar insomne agita los cristales
este momento
ahora
la sombra
mi sombra
persiste tras la ventana
es la noche la que me está mirando