lunes, agosto 16, 2010

no basta un hombre
para cantar la canción del hombre
su pregunta perpetua
su merodeo en la ausencia
su oficio de costurero
para una realidad en retazos

no basta un hombre
para sostener el apetito del mundo
la saciedad buscada en la experiencia
en lo ajeno disperso
la intuición de la comunión imposible
bajo las formas distintas

un hombre
una vida
una historia
no dan abasto para este deseo inmenso
que hace proliferar su especie
saturando las calles
multiplicado en las voces
en las manos que dan y quitan
en el ingenio que extrae savia de las piedras
sed sin medida
que inflama mis venas y mueve mi carne
espacio y pregunta
a cerrarse quizá tan solo
con el último respiro