martes, febrero 02, 2010


metta bhavana

tanto amor
como para que de las flores muertas sea de nuevo la vida
como para que su muerte nutra a los rebaños devoradores de praderas

tanto amor
como para que de la desolación de todos los inviernos
sea la primavera
la proliferación de su fragancia y sus manantiales
como para que no quede un desierto sin saborear la lluvia generosa

tanto amor
tanto
como para que ningún dolor sea eterno
ninguno
y no quede herida que se resista a cerrarse en un amanecer

tanto amor
- sea la multiplicación de los seres
y en ellos la ocasión de la felicidad verdadera

tanto amor
como para que se multipliquen las conversaciones en las plazas
para que no falten las verduras en los mercados
como para que sea posible tu postre favorito
para que compartan el pan los hombres
para que los niños jueguen en los parques despreocupados
y para que cuando esos niños no lo sean más
tengan el coraje de traer a otros tantos a la luz del mediodía

tanto amor
como para que no perdure una guerra
ni sea la incomprensión antes de ella
ni la herida ni el miedo ni la posesión que estuvo antes
ni así el odio ni el rechazo
y para que un día
no se dividan los hermanos por lo que es tuyo y lo que es mío

tanto amor
como para expandirse por todo el universo
y para que este sentimiento inmenso
contagiara a las aves y alimente a los valles
y para que hasta el último de los desdichados
encuentre un día una paz que no se quede
pero que ocurra a cada instante

tanto amor
como para que dure para siempre
por siempre y más allá de las fronteras que te separan del mundo
de las palabras con que lo miras desde fuera
de las alambradas que pusiste en tu casa
de tu nombre en tus pertenencias que no son tuyas ni de nadie
de la violencia de tus calles
y de la alarma de tu auto

tanto amor
como para que el nudo de tu corbata no te impida ser una persona
como para que no sea una estupidez equivocarte
como para que no temas al fin del mundo ni al fin de tus días
ni te arrastre al furor fanático el temor a tu infierno

fluye
a través de ti mismo y de cada uno de tus poros
de tus manos y tus piernas
en el aliento vivo que roza tu nariz y que nutre el más vano de tus pensamientos
fluye aquí y ahora
en amor tan inmenso y frugal
como para querer que también otros
compartan este momento



[anahata]
.

himno


se oye la vida
en los hombres y mujeres que untan el pan
en el trajín de los platos y las cucharas
en las sábanas desordenadas
en el griterío de las calles
en bancas desoladas de madrugada
en la maleza que crece al costado del semáforo
y en las flores que nacen entre las tumbas

allí la vida se oye
- pero ellos no la escuchan

no perciben su triunfo
en la lluvia que nutre los campos
en las mochilas que caminan al colegio
ni en el cantar del gallo al despuntar del día

canta y vibra
aquí y en todas partes
susurro sibilante, barullo y silencio
el viento que mueve las ramas
es siempre el primero y siempre el último

pero no la escuchan
y salen a las calles por su alimento
y en su caminar atareado
hacen girar la gran rueda
sin buscar su centro

pero no hay tal centro
sino el impulso que mueve al impulso siguiente
el latido que precede a este instante
este momento tan solo
sin misterio
sin secreto
sin cortinas

no la escuchan
porque no sienten ni sus manos
no perciben
que incluso allí en donde piensan en la muerte
- en la agonía última
todavía la vida ha triunfado

la muerte es la muerte
y ella también tendrá su momento
- lo tiene ahora
porque un millón de células murieron de este pensamiento
y el impulso de estas palabras
ha muerto para cuando decido contarlas

y aún así sigo cantando
porque la vida no es las cosas
ni eres tú ni yo
sino la canción de nadie
que persiste sin pausa
que palpita en cada uno

canta conmigo sólo por cantar
olvida lo que mienten mis palabras
y baila hermano
baila sin verguenza
con o sin llanto
pero con los ojos abiertos
y el corazón empapado

porque se oye la vida
allí donde terminan estas palabras



[30.01.10]