sábado, junio 26, 2010

r e t r o c e d e r


Para leer, para escribir estas palabras, debo retroceder desde la experiencia. Ya no soy alguien en presencia de las cosas, participando del coexistir con lo que ocurre. Soy una consciencia que escribe: “Ya no soy alguien en presencia de las cosas, participando del coexistir con lo que ocurre. Soy una consciencia que escribe: “


Retrocedo hasta mi evaluación de la experiencia. La hago pedazos, un puzzle. Analizo, relaciono, separo. La experiencia queda desmembrada en partes, ladrillos, conceptos que hacen pensamientos y enlaces a p entonces q.

Así ocurre, y en todo lo demás no hay misterio. Retrocedo hasta esta experiencia mental y aún con los ojos abiertos me amurallo en una madeja que no me deja ver, constelado de ideas y leyes racionales, asociaciones afectivas, impulsos primordiales, y esa suma de todas las imágenes de mis experiencias pasadas. Obstruido hasta por las intuiciones que me trajeron hasta aquí.

Pero todo este monólogo no está ocurriendo en el ahora.


El instante es lo que ocurre; sin embargo, nuestra atención se dispersa en ese dar un paso atrás desde el instante.


Y entonces me pregunto: por qué estoy aquí, qué debo hacer, qué puedo esperar.

Ya en la interrogación retrocedo y la realidad es dualidad ahora. Por este existir escindido, nace una inquietud (aunque no sepa cuál es o por qué) y un apetito infinito, voraz.

El hecho es que estoy. El deber es una construcción racional, y la razón debe buscar la mejor construcción posible – sin olvidar que es siempre una construcción. Debe porque puede concebir el mejor modo posible en que ocurra lo que depende de su voluntad, y de esa variedad de modos el mejor es lo preferible.

Esperar es no estar en lo que ocurre.


Quizá no sean estas ni las respuestas ni las razones suficientes – para discutirlo está el intelecto.

Pero todo ello es retroceder desde la presencia en la experiencia.


No las cosas, no los juicios sobre ellas, no mi ser afectado por las mismas. La presencia en la experiencia. Nada más es justo decir, nada más por añadir.

Da un paso atrás.