miércoles, marzo 03, 2010

Dices: "en última instancia, todo es ilusión". Que el apego a las cosas sólo produce dolor, que aferrarte a quien se supone que eres, al amor propio, a tu historia, es una amenaza que coarta la libertad del espíritu. Y que debes nutrir el espíritu según tu propia medida, según tu propia percepción de la luz y de lo sagrado.

Que todo es ilusión, que nada dura. Pero ¿y si tiembla la tierra y se traga a tus amigos? ¿Cómo soportas la ilusión? ¿A dónde esta el norte, qué es ahora lo que tienes que hacer?

Todo parece tan claro a la luz del día. Las formas tan nítidas, y el sendero, aunque disperso a lo largo del bosque y la colina, tiene un sentido y caminas hacia alguna parte.
Pero en la penumbra es la hora de encender las velas, y te tiemblan las manos y no atinas como hacerlo.


- "Por favor abroche si cinturón. Podríamos tener algo de turbulencia".



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