Se trata siempre
de esto que soy
esta consciencia
singular
esta mismidad simple
esta letra pequeña en el rincón de
una página
esta proyección mental de mi mismo
en el intento imposible
desmesurado
la colectividad que es mis células,
mis tejidos, la floresta que es mis músculos y mis huesos
abrazada en la inimaginable apertura
a lo infinito
mis prolongaciones neuronales
el tejido completo de lo que estoy
llegando a ser en este instante
arrojado
volcado por entero hacia lo
absolutamente otro
fractal desplegada sobre el desplegarse
de sí misma
mis extensiones innumerables
mi prolongaciones concretas
torpes
inconstantes
hacia el abrazo
de lo otro
pero no lo encuentro
me constato a mi mismo
de vuelta
como un marinero que ha salido por la
noche
ha soltado el bote
y se ha entregado a la penumbra
sin rumbo
sin meta
a la deriva y hacia la nada
sin estrellas
sin luna
el marinero y el océano
y silencio
y lanzo mis redes
allá
mucho más lejos de donde se dibuja el
horizonte
allí donde el abismo es superficie vacía
donde olvido mi nombre
mis señas
sin historia
sin ruta precisa
el bote
la marea
el silencio
y encuentro nada
nada salvo a mi mismo
relatándome esta historia
narrándome y siendo al mismo
tiempo en ella
mientras por la mañana vuelvo a casa
errabundo y ebrio de olvido
de la memoria de la flama no alcanzada
de extravío
de pánico y locura
miro hacia el este
y sonrío
el sol es generoso y brilla